Crecimos bendecidos por una naturaleza extrema que deja marcas en todo y en todos.
La vid nos cultivó desde chicos un respeto por la producción artesanal y por la tradición familiar, la montaña nos desarrolló una extraña espiritualidad, la vida nos dio un gran amor, el Whisky..
Cuando decidimos crear CASANEGRA, este debía cumplir con dos estrictas condiciones: obedecer únicamente las rigurosas reglas de la montaña y consentir exclusivamente los caprichos de sus artesanos.
Lo que seguramente comenzó como un deseo y un sueño, se transformó, impulsado por una sed de conquista, en un estilo de vida.
Un largo camino que decidimos recorrer como primera generación de whisky makers, en el cual el tiempo maduro en nosotros una filosofía de vida, creemos y trabajamos por un futuro artesanal.